Hay que tener ciertas precauciones para utilizar un color oscuro como el café o chocolate. Pero estos mismos tienen características que los hacen muy buenos compañeros de otros tonos, especialmente colores vibrantes.
Como todas las combinaciones pueden generar distintos climas, creando ambientes con ciertas particularidades: elegantes o juveniles, clásicas o modernas. Por esto el chocolate puede ser utilizado tanto para una habitación infantil como para la sala o un despacho.
Tonos verdes, rosas, celestes, naranjas, beige, marfil, son algunos de los que puede ir acompañado. El blanco es el aditivo fundamental para realzar los colores y aportar la luz que el ambiente necesita.
El riesgo que se corre al utilizar un marrón es, básicamente, disminuir drásticamente la iluminación de un ambiente, y crear un espacio monótono y «aburrido», por esto es que debe tenerse en cuenta que en el ambiente abunde la luz natural y esté provisto de una buena iluminación artificial en horarios nocturnos.
Para lograr una decoración adecuada es necesario definir una carta cromática de dos o tres colores y aplicarlos en paredes, telas y complementos según corresponda. De no pintar paredes en color chocolate, este puede ser una excelente opción para mobiliario o complementos decorativos.