El gotelé fue durante años el acabado perfecto para disimular imperfecciones en las paredes de los hogares españoles. Pero cuando llega el momento de renovar la casa, todos queremos paredes modernar y lisas.
Ahora bien, si piensas alisar paredes y quitar gotelé, es importante que sepas algo que no suelen contar las guías rápidas de internet: muchas veces, debajo del gotelé, las grietas siguen vivas… y volverán a aparecer si no se tratan bien desde el principio.
Cuando el trabajo se hace sin diagnosticar el estado real del muro, la pintura dura un tiempo… hasta que, de pronto, las mismas fisuras vuelven a marcarse en la pared recién terminada. Evitarlo es posible, solo hay que conocer el procedimiento.
¿Por qué salen grietas bajo el gotelé?
Las grietas pueden deberse a asentamientos del edificio, movimientos térmicos, trabajos de mala calidad en el pasado o a yesos envejecidos.
El gotelé, por su textura, suele “disimular” esas fallas, pero no las arregla. Al quitar la textura, lo que queda es la radiografía del estado real de la pared.
¿Se puede alisar una pared con grietas sin que vuelvan?
Sí, pero si solo pasas una masilla por encima, la grieta seguirá transmitiéndose y volverá a aparecer.
La solución pasa por abrir y tratar la grieta, reforzar la zona y usar materiales flexibles que acompañen el movimiento del muro.
Errores frecuentes (y cómo hacerlo bien)
Es aquí donde se nota la diferencia entre un trabajo rápido… y un trabajo bien hecho:
1) Tapar sin abrir la grieta
Uno de los fallos más habituales es masillar por encima de la grieta sin abrirla. Esto significa profundizarla en forma de V o U para que entre ms ácantidad de material. El problema es que la fisura sigue ahí, ejerciendo tensión. Y tarde o temprano rompe la capa nueva.
Lo correcto es el vaciado de la grieta, que consiste en limpiarla y abrirla con la forma adecuada para que la masilla se adhiera de verdad.
2) Pensar que todas las grietas son iguales
No es lo mismo una grieta superficial por contracción del yeso, que una grieta viva provocada por movimientos del edificio. El tratamiento cambia completamente.
Un profesional debe evaluar la zona para saber de dónde viene la fisura y cómo detenerla.
3) No usar malla de fibra en grietas difíciles
Al quitar el gotelé, muchas paredes revelan grietas largas o repetitivas. Si no se refuerzan con malla de fibra, el yeso nuevo copiará cualquier movimiento del muro.
Aquí debes usar malla la cual actúa como un vendaje, reparte tensiones y evita que vuelva a abrirse.
4) Elegir materiales rígidos en paredes que se mueven
Hay masillas que no acompañan la dilatación de los muros. En paredes antiguas o con muchas fisuras, eso es una receta para que la grieta vuelva a salir.
La solución es usar masillas elásticas que se mueven, se dilatan y se contraen, pero no se rompen.
5) Saltarse la imprimación
Aunque parezca un detalle menor, una buena imprimación es la clave para que el acabado final se adhiera y tenga estabilidad. Sin imprimación aparecerán desconchados y marcas al poco tiempo.
Usar la imprimación adecuada una vez terminada el alisado y la reparación, y antes de la pintura final.
Consejo final
Si encuentras grietas numerosas, grietas que atraviesan esquinas, o si la pared tiene yeso antiguo, conviene que un técnico lo evalúe. También es recomendable cuando buscas un acabado duradero y sin retoques a corto plazo.
Contacta con profesionales que puedan garantizar que las grietas no volverán tras el cambio de textura.