Si tuviéramos que definir en pocas palabras al color lavanda podríamos decir que es una especie de violeta menos intenso, a veces más agrisado o azulado. Es un color suave y agradable, que transmite serenidad, romanticismo, y en ocasiones toques de distinción.
El lavanda es apropiado para salones, comedores y dormitorios. La gran variedad de tonalidades que involucra lo hacen agradable para casi todos los ambientes y gustos, que al fin es lo que más importa.
Cómo combinar el color lavanda
El compañero indicado es el blanco, como para todos los violetas, pero puede ser combinado con blancos rotos, beige y colores tierra. El blanco es una buena opción que favorece la iluminación, y destaca al color lavanda, creando un adecuado contraste.
Cuando la tonalidad lavanda es muy suave corres el riesgo de crear un espacio monótono y aburrido. Para evitarlo deberías usar un color más vivo en la decoración que aplique un acento fresco y atractivo visualmente. Los colores posibles son otros púrpuras, rosas, naranjas, o verdes cálidos.