Si ya te encuentras cansad@ del aspecto que tiene actualmente tu dormitorio, te damos algunas ideas para que puedas cambiarlo de manera definitiva, y así te sientas más a gusto en un espacio agradable y acogedor.
Pinta las paredes
Si quieres un verdadero cambio anímate a pintar tu habitación de colores diferentes. Puedes pintar una pared de un color distinto, no es necesario que sea la del cabecero. Si ya has usado colores fuertes… vuelve a los suaves y frescos, y deja el colorido para la ropa de cama.
Modifica la distribución de los muebles
Prueba colocar el mobiliario de una manera distinta, todo lo determinará la orientación de la cama, que es el mueble principal de éste ambiente. Si el espacio es reducido intenta quitar muebles de más optando por soluciones creativas para guardar la ropa. Verás que el ambiente luce mucho mejor cuando se encuentra despejado y ordenado.
Reemplaza el suelo, o simplemente agrega alfombras
Algo que un dormitorio debe tener es calidez, y parte de ésta lo brinda el suelo, especialmente al tacto si se camina descalzo. En este sentido los suelos de madera o laminados son los más apropiados para reemplazar a las baldosas cerámicas. Si no quieres gastar demasiado puedes optar por un suelo vinílico, y si no te quieres poner en obras basta con colocar suaves alfombras.
Renueva la ropa de cama
Ten en cuenta la posibilidad de cambiar el viejo edredón que tienes por una funda nórdica de buena calidad, o en verano por una colcha que vista tu cama de suavidad, y además que luzca moderna y renovada.
Cambia el cabecero
Encontrarás mil ideas para tener un cabecero fuera de lo común, desde lo que puedes comprar en una tienda… hasta lo que puedes hacer con tus propias manos y con menos dinero, incluyendo los cabeceros pintados. Elige el que se adapte al nuevo estilo de tu dormitorio, y de los colores más adecuados que combinen con tu cama y cortinas.
Mejora la iluminación
Si ya has distribuido los muebles de una forma distinta, desde luego que tendrás que cambiar de lugar las lámparas. Lo importante es contar con distintos tipos e intensidades de iluminación para cada momento y necesidad. Una general que ilumine lo necesario y en toda la habitación, y otra que de un toque más íntimo al apagar la primera.